La perversidad se encuentra en los ojos del observador. Trabajar el miedo mediante fotografías es un trabajo rico en creatividad. Diane Arbus retrataba a personas de la calle, pero no las personas bellas o a la moda, sino a personas diferentes, que generaban curiosidad e intriga, personas extrañas. Sentía curiosidad por personas anómalas y marginadas. Solo ella se atrevía a captar su mirada, su expresión, su luz y sombra. Diane nació en, fue la segunda de tres hijos en un rico entorno neoyorkino. Con un padre que pasaba el día trabajando y una madre deprimida, fue educada por niñeras y colegios ricos. Sus trabajos eran colaboraciones entre ambos y presumían de sus virtudes, eran un equipo.
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Sin embargo, en todos nosotros conviven las dos polaridades, por lo que solo podremos sentirnos libres y plenos en la medida en que podamos aceptarlas e integrarlas, siendo capaces, al mismo tiempo, de construir relaciones de pareja íntimas y profundas. Ashley Montagu, el reconocido antropólogo y humanista autor del libro El tacto. Al completar el proceso terapéutico, el dibujo de la parte vulnerable de Jorge era un hombre sereno, sólido, afectuoso, cercano, sensible, seguro y capaz de construir relaciones íntimas y profundas. Entonces, Jorge llevaba un tiempo de relación con quien sigue siendo su pareja actual. Permitirse compartir su vulnerabilidad con ella fue también un cambio que enriqueció profundamente la relación. Cada vez que alguno de los dos se sentía vulnerable y lo compartía con el otro, aparecía la magia, y el amor que los unía se mostraba con profundo respeto, cuidado y acompañamiento. En una relación de pareja, compartir la vulnerabilidad es uno de los factores clave para poder tener un encuentro íntimo y profundo. Si somos capaces de vivirla, si somos libres de sentirnos vulnerables, podremos prestar atención tanto a nuestras necesidades, sentimientos, inquietudes y temores como a los de nuestra pareja.
